
Pues sí. Es argentina, es joven, tienen un apellido impronunciable (e inescribible) y escribe requetelindo.
Ahora estoy enganchado a “Pájaros en la boca” y casi seguro que continuaré con alguno más. Escribe cuentos con historia, como debe ser, y no como un mero ejercicio plástico.
En Casa del Libro En Amazon En tu librería